La mirada con la que contemplamos las frecuentes escaramuzas
entre bandos fronterizos durante las guerras de restauración es, en el tiempo
que vivimos un tanto paternalista y reprobadora. Como si no, entender ese hostigamiento
incesante a ambos lados de un rio que arrastró no pocas veces la sangre de
españoles y portugueses, dos culturas hermanas y condenadas a entenderse. Sin
embargo el escenario político-social de la época y la ambición que marcó la
regencia de Felipe II, tuvieron mucho que ver en las contiendas que convirtieron
la cuenca del Rio Miño en un campo de batalla entre los fieles partidarios del
rey español y los seguidores de los monarcas portugueses. Estas guerras
fratricidas provocaron no pocos lances fronterizos en un alternativo despliegue
de conquistas y reconquistas y Salvatierra como baluarte y fortificación, no
permaneció ajena a estas gestas. El documento que revelamos nos cuenta un
relato de armas en la Villa de Salvatierra de Miño durante el mandato
del Conde portugués de Castelmilhor y de la valija aprehendida al prisionero de
la plaza Don Luis de Vide con graduación militar de capitán. El poeta portugués
Joao Verde escribiría en épocas más recientes:
Vendo-os assim tão pertinho,
a Galiza mail’ o Minho,
são como dois namorados
que o rio traz separados
quasi desde o nascimento.
Deixal-os, pois, namorar
já que os paes para casar
lhes não dão consentiment
FUENTE- Biblioteca Nacional Portuguesa
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