lunes, 15 de febrero de 2010

Cuando llegas, cuando partes



"Parelha no telhado" Leandro Lamas Ermida


Llegas como la saeta
con el inminente silbido del aire
que avisa,
inclemente de Levantes y ventiscas
con un derrocar de oropéndolas.

Llegas,
como un síntoma del dolor olvidado
en las heridas exangües
y te instalas en mi consternada estancia
clausurando mis tragaluces,
luz velada, ceniza en el aire.

Y aun, de tenerte, ahito
señoreando mi colmado feudo de pasiones
temo tu partida
converso en estatua de malecón
o cánido de cuneta.

Tengo miedo de tus andenes de periplo
enjugando tus adioses
en un pañuelo triste
secretando su textura
con enojo de tu textura ausente.

Poesía concupiscente



Título "Concupiscente II" Auto@r: Nana. Argentina

Apuro tu cata
de fugaz caricia,
te siento súbita,
en la diluida dimensión
de los relojes opresores.

Ralentizo el goce
y te amo,
pausa a pausa
a cámara lenta,
con actos impertérritos
y sin secuencia,
abominando las apoteosis
por su postrero éxtasis.

Me detengo en tu cuerpo
aquel de la eternidad de limbos,
en tu cuerpo
aquella inmunidad de cuchillos,
en tu cuerpo
aquel de las romas espinas.
a la búsqueda del recreo
del menesteroso olvido.

Acaricio tu iconoclasia de rectas,
negando
cualquier física diferente.

viernes, 5 de febrero de 2010

TU CARNE




Con título 2009- Elia Torrecilla Patiño-Vigo (ganadora Edición 2009 Balconades-Altea)



De todo lo que duele en mi alma
Está hecha tu carne,
Tu carne esquiva
De exiliado roce.

Severa métrica de los cuerpos,
Separados
Hiriente el aire
Entre los intersticios del vientre
Del pecho, de los muslos, de los labios
Espacios que con la nada laceran
A la piel de la piel privada.

De todo lo que duele en mi pecho
Tu carne firme,
Trémula y rosa
Prieta y no dada
Que por no conjugarte cerca
Allende y no mía
A voces, muerto el susurro
Grito tu tacto.

De todo lo que muere en mi alma
Tu carne esta hecha.

jueves, 4 de febrero de 2010

Días azules como vahídos


" En torno a ella" Marc Shagall


Días azules como vahídos,
Sol que busca tus mejillas
Cegado en su lozanía.

Ocluyentes nubes
Arrebatando al astro sus oros
Humedeciendo tus labios
Que callan como oquedades.

Cuando la brisa canta
Allá en el glauco balanceo
De las copas
una irisada madeja ensortijada
-hebra que teje enamoramientos-
son tus cabellos en maraña
como pérsicos bordados

Rocíos matinales
Cautivos de las arañas egoístas
¡Verla despertar!
Cual una providencia de manzanas
Como yo la veo, arrobado
Desde mi panorámica de platea.

Y si la luna amanece
Hegemónica en los pardos crepúsculos
ella resplandece
Como un rubor de mármoles
¡Firmamento raso
en cuerpo celeste!