viernes, 23 de febrero de 2018

CRONICAS DE LA GUERRA CIVIL EN SALVATIERRA DE MIÑO- El militar Francisco Villarrubia



Cortesía de Antón Lorenzo " Xaque ". En las casas de la parte central de la fotografía los más viejos del lugar recordarnan el Bar Tablón y la ferretería de Don Germán y Doña Pura 



El golpe militar del General Franco ha sido objeto de estudio desde diferentes perspectivas y no ha sido una excepción en la zona del Condado por parte de estudiosos e historiadores. Este artículo pretende darle un enfoque mixto en el que de una parte, lo subjetivo y de otra los datos más rigurosos, vayan de la mano para entretejer esta historia del pasado reciente. Mezclaremos tradición oral y testimonios con reseñas de hemerotecas y documentos oficiales en un intento de acercarnos a aquella dura realidad de la época.

Francisco Villarrubia Fernández se había graduado en la Academia de Infantería de Toledo a finales del año 1922. Este sería el principio de una carrera militar que le permitiría ir subiendo de graduación a lo largo de los años y de no pocas vicisitudes. Con una sólida formación militar, tres años después y en la misma Academia de Toledo, se le asigna en el mes de mayo de 1925 el rango de Alférez. A partir de este momento Villarrubia se embarca en destinos lejanos que le llevan en primera estancia a África. En esa época Tetuán es un destino arriesgado por cuanto España está inmersa en la guerra del Rif, pero al mismo tiempo facilitaba que las políticas de ascenso por meritos de guerra impulsaran la carrera militar. De esta forma apenas dos años después Francisco Villarrubia ya ostenta el grado de Teniente perteneciente al Batallón de cazadores de África, nº 3 con Guarnición en Tetuán. El militar contrae matrimonio en Vigo con María Luisa López Alonso y suponemos que este vínculo marital habría de condicionar su próximo destino, no sin antes prestar servicio en guarniciones en las Islas Canarias y Baleares. En el año 1934 se le adscribe al cuerpo de carabineros y finalmente, en una noticia fechada por el periódico el Pueblo Gallego con fecha 31 de Diciembre de 1935 se lee textualmente: “El Teniente de carabineros D. Francisco Villarrubia Fernández de la Quinta comandancia ha sido destinado a la provincia de Pontevedra” .

El teniente de carabineros recalará en Salvatierra de Miño donde establecerá su residencia en la rúa Fonte da Vila, en un primer piso donde compartirá vecindad con José Martín Martín un policía de Ávila alojado en el bajo del mismo edificio a través de cuyos familiares nos llega parte de esta historia. Para entonces Villarrubia es el comandante militar de la plaza y máxima autoridad militar en Salvatierra. Como es sabido entre el 16 y el 18 de Julio del 36 se produce el levantamiento militar. No parece que en un primer momento el Comandante se adhiera a la sublevación. No son tiempos para indecisos y la urgencia de los acontecimientos empuja a Villarrubia a tomar una decisión definitiva. El 28 de julio de 1936 el comandante de la plaza manda que se congreguen todos los carabineros, y también guardias civiles de Salvaterra y otros pueblos cercanos frente a la casa de Fonte da Vila. Los uniformados se fueron reuniendo hasta ser unos cuarenta, algunos pertenecían a la casa de carabineros que había en Salvaterra, otros venían de los acuartelamientos de diferentes pueblos cercanos, As Neves, Arbo, etc., y cuando estaban todos se asomó a la ventana de su dormitorio y les expuso en pocas palabras la situación tan grave que se estaba produciendo, recordándoles que él era la máxima autoridad allí y que, por tanto, sólo a él debían obedecer. Pero no se conformó con eso, quiso asegurarse de la adhesión de todos y de cada uno de aquellos carabineros (y también guardias civiles), y les ordenó que fueran subiendo por una estrecha escalera situada en la cocina de su piso, hasta el sobrado de la casa, una amplia estancia de unos 80 metros cuadrados, iluminada por dos ventanas, justo debajo del tejado a dos aguas del edificio. Allí reunió a todos los hombres, y fue preguntando uno a uno para que abiertamente mostrasen su adhesión a la decisión tomada.

 
Casa donde Francisco Villarrubia residia.La ventana mas cercana al balaustre de izquierda a derecha en la parte superior izquierda de la fachada daba luz al despacho del Teniente 


En este lateral se aprecia la ventana superior próxima al tejado que iluminaba una amplia buhardilla de 80 m donde Villarribia busco la adhesión de otros militares






Una vez asegurada la adhesión incondicional de todos aquellos uniformados les ordenó bajar hasta la calle, donde los hizo formar, se puso a la cabeza de la formación, desenvainó su sable y comenzó a marchar en dirección al ayuntamiento dirigiendo el piquete, que caminaba con sus armas reglamentarias al hombro. Una vez allí subió al salón de sesiones, mientras la cuadrilla permanecía en la plaza, esperando sus órdenes en posición de firmes. Había varios curiosos por los alrededores viendo el despliegue, y fue entonces cuando el teniente Villarrubia salió al balcón que da a la Plaza del Castillo e hizo el pronunciamiento militar. Dijo algo como lo que sigue: “En el día de hoy (…) declaro el Estado de Guerra. Quedan anuladas cuantas leyes y disposiciones estaban vigentes hasta este momento. Yo asumo el mando como máxima autoridad militar”. A partir de ese momento el Ayuntamiento quedó incautado y sometido a la única y exclusiva autoridad del teniente Villarrubia, suspendiéndose oficialmente toda actividad no autorizada, especialmente por parte de cualquier miembro de la corporación republicana.

Unos días después de estos hechos se levanta el Acta de constitución de la Comisión Gestora Municipal – Cabildo de Guerra

En la casa consistorial de Salvatierra de Miño, a primero de agosto de mil novecientos treinta y seis, siendo las siete de la tarde se reunió en el salón de sesiones, D. Francisco Villarrubia, comandante militar de esta plaza de Salvatierra, con los señores que al margen se expresan, al objeto de darles posesión de los cargos de gestores o concejales interinos de este ayuntamiento con que han sido honrados por dicha autoridad. Seguidamente el Sr. Comandante militar les da posesión de los referidos cargos de gestores o concejales interinos de este ayuntamiento a los Srs. D. victoriano Alonso Parada, Emilio González Mazaira, Manuel Alonso González, Enrique Gándara Ocampo y José María Rodríguez Cruces y los exhorta al cumplimiento del deber en bien de la Administración y de la Patria que en estos momentos está pasando trances de amargura. Luego se procede al nombramiento de alcalde al nuevo Presidente de este Ayuntamiento acordándose por unanimidad designar a D. Victoriano Alonso Parada, el cual presente acepta y pasa a ocupar la derecha del Sr. Comandante militar " 


A partir de este momento los hechos se precipitan en una vorágine de miserias humanas que destapan rencillas  y dan lugar a actos innombrables. El régimen ejercerá una brutal represalia contra aquellos que lo combatieron en defensa de los valores de la República y por otro lado premiará a todos aquellos que mostraron su adhesión incondicional al nuevo Gobierno de Franco. El teniente Villarrubia pasada la contienda y ya en la órbita de la Falange será ampliamente reconocido y detentará importantes cargos. En el año 1937 varias publicaciones de periódicos afines dan cuenta de Villarrubia en posesión de sendos cargos dentro de la organización:



Esta Delegación de Organizaciones juveniles de Falange Española Tradicionalistas de las J.O.N.S. hace publico para conocimiento de todos, los nombres de los camaradas delegados de servicios de la misma para que los militantes pertenecientes a ella presten el debido acatamiento a las órdenes que de aquellos puedan emanar: Capitán Jefe Militar Camarada Francisco Villarrubia Fernández “



Villarrubia Jefe de Milicias de Falange


Fuentes-
La amargura de la Guerra-Juan José Pino Álvarez
Hemeroteca- El pueblo Gallego, El Telegrama, El progreso, semanario independiente, Diario Republicano, el Motín
Testimonio  y parte del texto Gonzalo Gil- Natural de Salvatierra de Miño donde residió hasta los 17 años. Estudio en la UCM de Madrid y fue Profesor en laa UCM 3 ( Departamento de Biblioteconomia y Documentación). Es autor de libros como  A la Luz de los Prodigios- Alfaguara.
Agradecimientos- Gonzalo Gil y Antón Lorenzo

domingo, 18 de febrero de 2018

LOS TESOROS DEL CONDADO 1

Aunque no es sobradamente conocido, existen evidencias de que las tierras del Condado albergaron explotaciones auríferas como las minas de Oleiros, en el actual emplazamiento del Puerto Seco o las de Fillaboa, lugares estos que ejercieron su influencia sobre la codicia de los hombres. Pero como esto será tema de otro post, en este espacio diremos tan solo que las riquezas pueden adoptar formas diferentes a las del preciado metal  y perderse u ocultarse con el paso del tiempo.

Esos tesoros, como vestigios de épocas pasadas, fenecieron en muchos casos de forma abrupta; Una batalla en la que una espada cae al lecho de un río de la mano exangüe de un guerrero vencido, una Lucerna que derrama su combustible de aceite de oliva en la oscura noche, al ser abatida su dueña por el insidioso ataque de los salteadores de caminos; tal vez un manuscrito no inventariado en el anaquel de cualquier biblioteca anónima. Ha ocurrido siempre porque el tiempo es un inmisericorde verdugo que corre un pesado manto sobre todas las cosas. Y aun así, en ocasiones, sus caprichos nos devuelven por azar algunos de esos recuerdos. Hablaremos en esta entrada sobre gratas reapariciones que son testimonio de un tiempo pasado. Hablaremos de tesoros que tuvimos cerca y permanecen ocultos y otros que emergen para disfrute de su existencia.

LUCERNA DE FIOLLEDO- No hay mucha información sobre su hallazgo. Consultado al respecto Don Antonio de la Peña Santos, Conservador de los fondos arqueológicos del Museo Provincial amablemente nos comenta que si bien existe una ficha en la que se catalogan exhaustivamente las características de la pieza, no se sabe gran cosa sobre las circunstancias de su aparición. Debido al tiempo transcurrido (recordemos que su depósito se remonta al 8 de julio de 1952) no resultará fácil -ni por tradición oral- reconstruir los detalles de su descubrimiento. En su ficha aparece como antiguo propietario Don Juan Novas Guillan, Maestro y Pedagogo Gallego nacido en el Grove. La figura tiene unas dimensiones de 18 cm de longitud por 7,5 de anchura y presenta tres orificios de alimentación dispuestos en triángulo. Del vértice inferior sale un canal que termina en la piquera. Asa rematada en cabeza de ánade. S.II d.C.. Actualmente forma parte de la colección arqueológica del Museo de Pontevedra.


Fotografía del sitio http://www.broncesromanos.com


ESPADAS DE OLEIROS- Cuando Xosé Lois Fernández Piñeiro, por entonces un universitario de la Complutense, vio emerger de las aguas del Miño en el lugar llamado Illa das Touzas aquella forma herrumbrosa de unos 25 cm de largo y 10 cm de ancho, sus conocimientos de la carrera ( Historia) le sirvieron para saber que estaba delante de un hallazgo interesante. Presentaba una hoja con bordes paralelos y una nervadura de sección semicircular enmarcada en dos estrías que se abrían en uve. En esta época las leyes de patrimonio histórico eran un tanto laxas en su redacción. Ni la ley de Mayo de 1933, ni la más reciente de 1985 eran demasiado minuciosas con la propiedad de los hallazgos. Por decirlo de alguna manera tosca: si lo encontrabas era de tu propiedad. Por lo que hasta cierto punto la espada cayó en buenas manos por cuanto se tenía conciencia de su trascendencia. Estamos ante uno de los hallazgos importantes relacionados con el periodo de la edad de Bronce final por la escasez de material de esta época en Galicia y el Norte en General.  Este, no sería el único de su género, ya que del mismo lugar procede otra espada de las mismas características y en mejor estado que forma parte de la colección del Museo Arqueológico de Pontevedra.




Recorte del documento 
Nuevas armas del Bronce Final Halladas en Galicia”
 Gonzalo Meijide Cameselle, Fernando Acuña Castroviejo




LIBRO DE POEMAS DE FRANCISCO SA DE MIRANDA- Una vez más el pasado esplendor de la Finca de Teanes acude a nuestro encuentro. Es el enclave en sí mismo un tesoro por su  leve aproximación al Miño rumoroso, sus señeros arboles y su genealogía de próceres. Asorey con su escultura tallada a Alejandro Mon y landa, enriquecería en arte su entorno más cercano. Pero existe un episodio poco conocido que nos habla de otras riquezas pues también en la sabiduría y el espíritu se halla su prestancia.
En la casa dé Teanes se guardó durante muchos años una reliquia valiosísima de la literatura de nuestro vecino reino. Según la historia, una nieta del poeta lusitano Sá de Miranda  se casó con Fernando Ozores de Sotomayor el cual quiso que en la dote que dieran a su esposa figurase tasado en gran valor el libro original de las poesías de su abuelo, y dice el erudito portugués Theóphilo Braga : “ A edicao das obras de Sá de Miranda de 1595 sobre copia tirada do exemplar que estava en Salvatierra de Galliza, e que foi trazido a Braga para se facer a conferenzia judicial e que tornou conhecido o tacto de ter sido tomado como dote de doña Antonia de Meneses por seu marido don Fernando Ozores de Sotomayor».
 
Edición Fac-simil

Alejandro Mon y Landa- busto del escultor Asorey


Fuente-Minería aurífera romana y poblamiento en la cuenca media del río niño Oria Ferreiro Diz, Carmen González Doval, M. Tania Rial Figueiras, Mario Fernández Pereiro


Fuente-
“Historia da Litteratura Portugueza», volumen IX, Sá de Miranda e a eschola italiana” “Nº 20 de la Revista Mensual “ Mondariz”. 15 de Enero de 1917

Agradecimientos- A Don Antonio de la Peña Santos-Arqueologo y conservador de los Fondos Museo Provincial por los datos aportados y su amable conversación.

martes, 30 de enero de 2018

CRÓNICAS DE LA GUERRA CIVIL EN SALVATIERRA- Testimonios de Gonzalo Gil

¿Por qué qué habéis dicho todos
que en España hay dos bandos,
si aquí no hay más que polvo?
En España no hay bandos,
en esta tierra no hay bandos,
en esta tierra maldita no hay bandos.
No hay más que una hacha amarilla
que ha afilado el rencor.
Un hacha que cae siempre,
siempre,
siempre,
implacable y sin descanso
sobre cualquier humilde ligazón;
sobre dos plegarias que se funden,
sobre dos herramientas que se enlazan,
sobre dos manos que se estrechan....  El Hacha- León Felipe




Soldado con uniforme republicano.  Ängel Domínguez González
 de Corzans-Salvaterra




En el año 2015 recibía en una de las entradas de mi blog titulada Historiasde la Guerra Civil en Salceda y Salvatierra de Miño,  una enérgica reprimenda de un lector que me recriminaba mi falta de rigor en el tratamiento de la información volcada en ese post, error si cabe mayor, al tratarse de un tema siempre delicado que tenía que ver con las víctimas de la Guerra Civil española. Reconocido el error y hallada la reconciliación con esta persona, no solamente logramos acercar posturas, sino que esto ha dado pie a una serie de aportaciones en forma de testimonios que me he comprometido a divulgar. Dichos testimonios tienen su origen en la propia experiencia familiar o en la recogida de relatos orales de las personas involucradas en los hechos. En un principio - dado que contaba con la aquiescencia de su autor - pensé en darle forma, lo que ahora viene a llamarse corrección -  pero finalmente he desistido porque los hechos hablan por sí solos con la fuerza y el dramatismo inherentes al testimonio de Gonzalo, su voz en off.

Esta es una de sus aportaciones:

16- abril de 2015 Hola Jesús,

Hoy he visto tu blog y me he animado a enviarte ese testimonio que te mencioné hace ya bastante tiempo. El conjunto del texto lo envié hace tiempo al Director de la Memoria Histórica. Al menos la versión de mi familia ya no caerá en el olvido.

“En aquel tiempo la reja del calabozo del ayuntamiento no estaba igual que hoy, se veía descubierta hasta un metro del suelo, pero en los años sesenta, con motivo de unas obras, sólo quedó visible su parte más alta, a modo de ventana de ventilación, el resto fue tapiada con argamasa. Hoy el edificio ya no alberga las oficinas del ayuntamiento, pero en 1936 esta reja era una invitación a la curiosidad de un niño como mi tío Pepe, que tenía en ese momento doce o trece años y había vivido a pocos metros de distancia de la parte trasera del antiguo ayuntamiento hasta abril de 1936, mes en que se traslado toda la familia a la nueva casa, en la actual rúa de Fonte da Vila. Mi tío correteaba por la calle donde siempre había jugado, junto a la cárcel, y sentía mucha curiosidad por acercarse a la reja y ver quien estaba preso. Así fue cómo descubrió a un nuevo detenido, un muchacho muy joven, de unos veinte años, o poco más, que todavía no he podido identificar, y le proporcionó una de las experiencias más ingratas de su vida. Probablemente sea esta historia la que me mueve ahora a escribir estas páginas, pues soy ya él único que puede contarla y conozco muy bien la zona en la que ocurrió.

Continuación del párrafo anterior

«...Pero volvamos a una fecha indeterminada, tal vez a primeros del mes de agosto de 1936, cuando mi tío Pepe se encontraba, como dijimos, en la plaza del Castillo, bajo un calor abrasador. Serían sobre las tres y media de la tarde, nadie pasaba por la calle, vio que se acercaban al ayuntamiento dos guardias civiles y entraban por la puerta principal. Sabía que en el calabozo había un hombre joven al que no conocía, como de veinte años o poco más, era alto, tenía el pelo rizo y los ojos azules. Al principio no le dio importancia a la llegada de los uniformados, pero al cabo de un momento decidió ir a curiosear. Se dirigió a la parte de atrás del ayuntamiento, junto a su antigua casa (de la que hoy se conservan las paredes restauradas), y se acercó a la reja de aquel calabozo. En ese momento el muchacho estaba de rodillas, y claramente tenía miedo; un guardia custodiaba la puerta del calabozo, y el otro, con el máuser colgando del hombro por la correa, tiraba del brazo del joven con su brazo libre, con suavidad, animándole a que se pusiera en pie, mientras le decía: “Vamos, no te va a pasar nada, hombre, solo vamos a dar un paseo”. Pero el joven no se fiaba: “no, no quiero” -Decía con desconfianza y miedo- “No te va a pasar nada, sólo vamos a dar un paseo”. Hasta que el joven, comprendiendo que era inevitable, se puso en pie y salieron los tres del calabozo. Salieron también del ayuntamiento y cruzaron la plaza, bajaron por la Cuesta del Castillo, y al llegar al final torcieron a la derecha, en dirección a la estación del ferrocarril. Y siempre lo llevaban de la misma forma, iba un guardia delante, con el máuser al hombro por la correa, luego el muchacho, como a cuatro o cinco metros, y finalmente el otro guardia, a una distancia similar. A mi tío Pepe le causó novedad y los siguió, no tenía otra cosa mejor que hacer con aquel calor, y se daba cuenta de que, a intervalos, el guardia que iba detrás volvía ligeramente la cabeza para saber si todavía los seguía. Serían poco más de las tres y media de la tarde, nadie los vio pasar; cuando llegaron a la estación entraron por su puerta principal y salieron por la del andén, tomando la dirección de As Neves. Siguieron caminando hasta que el andén se acabó, y enfilaron entonces por el camino que discurre paralelo a la vía; mi tío los siguió un poco más, sintiéndose observado con disimulo, pues el uniformado volvía la cabeza de vez en cuando mientras éste seguía caminando cubriendo la espalda del detenido. Continuaron los tres caminando, hasta que mi tío, ya cerca de la Picada, se cansó de seguirlos y se paró; vio cómo rebasaban el talud de tierra del monte del Disco o de la Picada, y llegaban a la altura del riego del matadero, vio también que en vez de seguir por la vía la cruzaron y se metieron a la izquierda, por el camino que conduce a la caseta del matadero (que es muy parecida a la que existía entonces, pero es otra). Los perdió de vista, entonces se dio media vuelta y regresó. Él pensaba que irían hacia As Neves, pero no ¿A dónde irían? Y estando en esa reflexión sonaron varios disparos que le hicieron detenerse y tener conciencia de lo ocurrido: ¡Lo mataron! Y así fue, lo fusilaron en el bosquecillo que queda a la derecha, según se entra por ese camino. Entonces se paró, y muy pronto volvió a ver a los dos guardias civiles, que salían del camino y tomaban la ruta de la vía del tren en dirección a As Neves, donde probablemente estaba su cuartel.

Bernardo ya estaba muerto cuando fue visto por Herminio Grandal, que debió pasar varias horas después por ese camino. Se dirigía a trabajar a una finca próxima propiedad de su familia. Esa estrecha franja de monte donde lo mataron estaba situada entre su finca y el camino. Me lo dijo varias veces su hijo, gran amigo mío desde la infancia. 

Creo que fue en julio de 1997, pero pudo haber sido también un año antes o después, eso no importa. Una mujer se paró delante de nuestra casa y me saludó, yo sabía que era la mujer del Payas, pero no recordaba su nombre. El Payas era muy buen hombre, muy paciente, me enseño a jugar al billar en el pequeño casino de Salvaterra hacia 1966 o 1967. Hablamos un momento de nuestras familias, y antes de despedirme de ella, sin saber bien porqué, le pregunté lo siguiente: ¿No sabrás quien pudo ser un muchacho que en la guerra mataron en la Picada?

–Pobriño –Dijo– “Chamábase Bernardo, y era repartidor de pan en Alxén” (y luego añadió un largo comentario en gallego que aquí reflejo traducido:). “Yo estaba sirviendo en casa de los señores de […] y al día siguiente de que lo mataran me mandaron ellos ir a por el “fasco” (hoja seca de los pinos) a ese monte, y cuando llegué vi que estaba todo el “fasco” manchado de sangre, y lo fui recogiendo para meterlo en el saco, sin dejar de llorar, y cuando acabe de llenarlo me lo puse en la cabeza, y volví llorando todo el camino, pensando en lo que le hicieron, y llena de miedo”.

¿Quién recogió ese cuerpo? ¿Dónde fue enterrado? El nombre de Bernardo me lo dieron dos personas diferentes, y es muy probable que sea correcto, sin embargo, al no conocer el apellido es imposible asociarlo a ningún fusilado. En los recursos informativos de Internet no hay ningún Bernardo (he buscado a fondo). Todavía hoy sigo sin saber quién era este hombre.

Un saludo

Gonzalo


Los textos reproducidos son literales y no han sufrido alteraciones o modificaciones.



Testimonio de: Gonzalo Gil. Natural de Salvaterra de Miño, donde residió hasta los 17 años. Estudió en la UCM de Madrid y fue profesor en la UC3M de Madrid (Departamento de Biblioteconomía y Documentación). Es autor de libros como a la Luz de los Prodigios. Editorial Alfaguara

viernes, 19 de enero de 2018

ARCADIA VALLEY-MISSOURI- ESTAMPAS SEPIA

Aunque el enfoque de los contenidos del blog están relacionados con la historia del Condado-Salvatierra de Miño y Salceda de Caselas- esta vez he tenido la idea de dar un giro más cosmopolita, menos localista a esos contenidos. He rescatado las fotografías de un libro que constituye el legado de mi abuelo materno en sus andanzas por América a principios del siglo XX. Estas fotos y un reloj Ausonia de cuerda modelo Antles de 1884, es lo poco que queda de su memoria y puede ser que la digitalización de esas imágenes depare alguna sorpresa agradable. Como una buena parte de las imágenes pertenecen a América del Norte, haremos una cortés traducción para algún visitante de habla inglesa, que alguno hay, pidiendo disculpas de antemano porque nuestro nivel de inglés es deficiente y habrá que recurrir a traductores automáticos que no siempre lo trasladan de una manera correcta. Esta es otra de una serie que publicaremos de vez en cuando sin alejarnos de la línea histórica seguida hasta el momento.

"Arcadia Valley- Original text in spanish l - Valle de la Arcadia y Prominencia del Piloto en Misouri. Este valle ha sido cantado por poetas y pintado por artistas, contenido en tierno abrazo por las montañas Ozark. Uno de estos picos aquí visibles, es la Prominencia del Piloto, de 600 pies, usando como un guerrero, su cota de azul gris, mineral de hierro, de 12 a 30 pies de espesor que rinde 50 por ciento de hierro puro. Esta vista revela la vía férrea de la Montaña de Hierro , cortando a través de este valle, con el intento de llegar al tesoro de metal que le da nombre."




Although the approach of the contents of blog is related to the history of County-Salvatierra de Miño and Salceda de Caselas-, In this moment I have had the idea to give a more cosmopolitan turn, less local to those contents. I have rescued the photographies of a book that constitutes the legacy of my maternal grandfathers in its fates by America at the beginning of century XX. These photos and a Ausonia clock Antles model of 1884 he is everything what lives on its memory and can be that the digitalization of those images causes some pleasant surprise. As a lot of part of the images belongs to North America, we will make a courteous translation for some visitor of English speech, that some has, requesting excuses because our level of English is deficient and will be necessary to use to automatic translators who not always transfer it of a correct way. This is another in a series that we will publish from time to time without moving away to us of the followed historical line until the moment







Nota- Se trata de un libro de ilustraciones y fotografías de paisajes naturales y urbanos del Mundo con texto al pie de cada imagen. Está encuadernado en piel marrón y no figura ninguna referencia a su autoría, edición o impresión.

miércoles, 17 de enero de 2018

SALVATIERRA DE MIÑO. LICENCIA DE OBRAS 1845

Proyecto solicitado por Antonio Alonso para ampliar una vivienda de su propiedad en Salvatierra con fecha 10 de Diciembre de 1845 al Comandante de Ingenieros de la Provincia.


Tal y como ocurre en nuestros tiempos, hubo otros en los que el procedimiento se asemejaba, salvando las distancias cronológicas, a los que ahora corren. Al menos en lo tocante al consabido “pedir permiso”, no fuera a ser que la autoridad competente nos paralizase la obra con la correspondiente sanción dineraria. Esto debió pasar por la cabeza de este antepasado residente de Salvatierra de MIño, que ante el proyecto para ampliar la vivienda de su propiedad que poseía en el lugar llamado Camino de la Feria, consideró con prudente criterio curarse en salud y formalizar la pertinente solicitud. Lo hacía además -como se desprende de su escrito- para no causar perjuicio a su familia, lindante con la propiedad y con todo lujo de detalles, planos incluidos. Ya se sabe que los intereses y la familia no siempre van de la mano por lo que, razón de más, para cursar esta curiosa petición que aquí reproducimos.