miércoles, 6 de octubre de 2010



"Galopando" Sergio Vergara Arteaga- Chile (de la serie "Mis unicornios"

Cesó el galope
cuando las crines se tiñeron de invierno
Quebró, cesó el galope
Y el horizonte se desnudó de color
Aniquilando su relieve,
su ser alazán.
Y una blancura de aparición
Se llevó el instante que vendría.

domingo, 5 de septiembre de 2010

SIN TITULO

No soy sino..
El zumbido del enjambre
Que aturde el oído
Y solapa sus mieles.

No más..
Que peciolo de hoja de otoño,
No soy el sustrato
Feraz de la tierra.

Soy solo el guijarro pulido
Por agua que vierte
Su cuenca en el valle

Soñé la epopeya
Y fui un hombre fatuo.
¡Olvidé!
Que soy solo la carne prestada
De un alma pequeña.

El mirlo



"Pájaro negro" pintura acrílica.Carmen Ribadeneyra

El mirlo se balancea
al ingrávido compás
de su colín oscilante
en el árbol añoso.

Su canto,
Es la espita abierta
A la vida resignada-vafo a superficie-
Y es la traición al color
de sus plumas.

El mirlo no es carnívoro
Tan solo canta de negro.

martes, 31 de agosto de 2010

Mutilando libélulas



"libélula"- óleo sobre lienzo
Alexa Caro- Colombia


Se me da
por mutilar élitros
ese maridaje en los colores
entre el sol y las libélulas.

Perpetrando su belleza,
las despojo de ese don liviano
que conquista el aire.

Se me da
por romper la pátina de los remansos
su cristal de aguas.

Soy la piedra que se arroja
aquella,
que apresa el cauce en la acequia

Soy de luz



"Luz de luna" Marisa Espinosa Garcia
Acrílico sobre tabla- Artelista



Estoy cansado de la luna
de sus paisajes de ajedrez,
de las flores inútiles
bajo su influjo
desposeídas de la vanidad
de sus colores.

Palidecen las manzanas
en el huerto.

la plata líquida del arroyo
al mediodía
ahora,
oscuro,
oleaginoso surco
solo un negro y espeso susurro.

Soy de luz
resplandeciente,
diurna.

lunes, 7 de junio de 2010

El míserable escarnio

Lázaro era tonto.

No era sólo una párvula y expuesta inclinación a las bromas o que la aritmética de una suma sencilla se le atragantase, es que era el fruto de un parto desgraciado...........


miércoles, 26 de mayo de 2010

POESIA DE DESAMOR

Me voy por desamor" Vicente Martí Solar (Santiago, Chile 1976-)
http://vicentemarti.blogspot.com/2008_02_01_archive.html


Fuiste trazo y pasión
Pulso febril de un transtornado amanuense;
su colapsado corazón
derramado en un epístolario triste

Fuiste canción del rapsoda
monocorde , aun bella
álgido estribillo y pleitesía
al compás de un amor rendido

Claudicando en tí
este bardo entregó su alma
a la oda que epata
en el fuero de los enamorados
que fueron,
fuera de la razón conocida.

Y después viento
en el agitado forcejeo
entre los adioses y sus nostalgias
para el desamparo de las letras,
de los poetas viudos
de sus versos desposeídos
suspensos en el sòlo ululante y galerno
inmisericorde musa, desamor.

jueves, 20 de mayo de 2010

POESIA DE DESAMOR




DESAMOR, Pintura de ADELA CASADO, LAS COSAS DEL QUERER Obra en el Museo del Pescador de Santiago del Teide, Tenerife

Se enamoró.
Infundido por un sentimiento deflagrado
Captó los fragmentos de un gesto infinito
Y así, su- ya, grácil dueña
Fue el significante amado
de aquella expresión de mujer

Buscó las señales de aquel amor
algún símbolo oculto
o la nomenclatura de las manos,
Los ollares alejandrinos – una luz guiándole apasionada y lazarilla
soñando aquel cuerpo al abandono.

En una ensoñación sin tregua ni luna
Flotó en el amarillo almibarado
Que inunda al cautivo de las emociones.

Un día,
el despecho le arrancó de su dorada amniosis
Con un desamor lacerante y fucsia.

Odió entonces aquel teatro del corazón
Al intérprete histriónico y su pamplina
La mendaz esencia de su sesgo moribundo

jueves, 6 de mayo de 2010

Mirage

Desde mi humilde rincón de bloguero quiero rendir un pequeño homenaje a la pasión por la música. Con Armando Pazó, -Mandi- para los amigos, me une generación, algunos excesos de juventud, amigos entrañables, vivencias de viajeros y paisajes, y el inconformismo irredento por un mundo que sabemos mejorable.

Su grupo Mirage no es un subproducto fruto del mercandishing, sino la historia de unos tios con ilusión que se han blindado al desencanto de no tener padrinos. Tienen en su haber un primer disco titulado "Viviendo Rock and roll" y han hecho un buen trabajo con su último disco "Revolución" , que tiene una impecable producción a cargo de Will Maya (Adrian Smith-Iron Maiden, Steve Jones-Sex Pistols,..) suena potente en directo y llega a la "peña".
Tal vez el único inconveniente provenga del refranero popular, entre cuyos aforismos existe uno que dice: "Nadie es profeta en su tierra" (Vigo-Redondela). Con todo Mirage, no puede quedarse sólo en un "espejismo". El sueño está en que los teloneros sean otros.

Me complace enlazar este blog a través del link con su página web . ¿Quién dijo que la literatura está reñida con el rock and roll

http://www.myspace.com/themirageband
http://www.themirage.es/


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miércoles, 21 de abril de 2010

De tormentas y soledades



"Después de la tormenta" Raciel Linares-Cuba


Sentí el aire ionizado, voluptuoso
heraldo fidedigno de la tormenta.

Sentí la plomiza atmósfera
oprimiendo densa el aeróbico círculo
de torpes y minúsculos seres alados.
Sentí las primeras gotas
desparramándose por los eriales
detapando esencias a tierra mojada.

Se precipitó el cielo
sobre todas las cosas
liberando su desconsuelo
y muchos espontáneos arroyos
serpentearon por caballones y acequias
arrastrando en su rumbo
una escuadra otoñal de hojas secas.

Escampó la nube sus taciturnos grises
e hízose del éter un mar inverso
y refulgieron los objetos
con argénteos guiños de azogue imposible.

Amainó la tormenta.
Cuando cerré mi paraguas,
reparé cuan solitario y triste
fue mi cobijo.

miércoles, 7 de abril de 2010

Poesía concupiscente


"Planos para hacer una jaula" Aut@r: Yamil Chandare




Y qué si a la tarde lloro
el mañana triste
o me muere tanto
tu omisión al verme.

Y qué, si teniendo ahora
tu talle en mis palmas
me atenaza el frío
del amante unívoco
soledad en ciernes.

Y no,
no es bella una jaula
si el ser es volátil

lunes, 15 de febrero de 2010

Cuando llegas, cuando partes



"Parelha no telhado" Leandro Lamas Ermida


Llegas como la saeta
con el inminente silbido del aire
que avisa,
inclemente de Levantes y ventiscas
con un derrocar de oropéndolas.

Llegas,
como un síntoma del dolor olvidado
en las heridas exangües
y te instalas en mi consternada estancia
clausurando mis tragaluces,
luz velada, ceniza en el aire.

Y aun, de tenerte, ahito
señoreando mi colmado feudo de pasiones
temo tu partida
converso en estatua de malecón
o cánido de cuneta.

Tengo miedo de tus andenes de periplo
enjugando tus adioses
en un pañuelo triste
secretando su textura
con enojo de tu textura ausente.

Poesía concupiscente



Título "Concupiscente II" Auto@r: Nana. Argentina

Apuro tu cata
de fugaz caricia,
te siento súbita,
en la diluida dimensión
de los relojes opresores.

Ralentizo el goce
y te amo,
pausa a pausa
a cámara lenta,
con actos impertérritos
y sin secuencia,
abominando las apoteosis
por su postrero éxtasis.

Me detengo en tu cuerpo
aquel de la eternidad de limbos,
en tu cuerpo
aquella inmunidad de cuchillos,
en tu cuerpo
aquel de las romas espinas.
a la búsqueda del recreo
del menesteroso olvido.

Acaricio tu iconoclasia de rectas,
negando
cualquier física diferente.

viernes, 5 de febrero de 2010

TU CARNE




Con título 2009- Elia Torrecilla Patiño-Vigo (ganadora Edición 2009 Balconades-Altea)



De todo lo que duele en mi alma
Está hecha tu carne,
Tu carne esquiva
De exiliado roce.

Severa métrica de los cuerpos,
Separados
Hiriente el aire
Entre los intersticios del vientre
Del pecho, de los muslos, de los labios
Espacios que con la nada laceran
A la piel de la piel privada.

De todo lo que duele en mi pecho
Tu carne firme,
Trémula y rosa
Prieta y no dada
Que por no conjugarte cerca
Allende y no mía
A voces, muerto el susurro
Grito tu tacto.

De todo lo que muere en mi alma
Tu carne esta hecha.

jueves, 4 de febrero de 2010

Días azules como vahídos


" En torno a ella" Marc Shagall


Días azules como vahídos,
Sol que busca tus mejillas
Cegado en su lozanía.

Ocluyentes nubes
Arrebatando al astro sus oros
Humedeciendo tus labios
Que callan como oquedades.

Cuando la brisa canta
Allá en el glauco balanceo
De las copas
una irisada madeja ensortijada
-hebra que teje enamoramientos-
son tus cabellos en maraña
como pérsicos bordados

Rocíos matinales
Cautivos de las arañas egoístas
¡Verla despertar!
Cual una providencia de manzanas
Como yo la veo, arrobado
Desde mi panorámica de platea.

Y si la luna amanece
Hegemónica en los pardos crepúsculos
ella resplandece
Como un rubor de mármoles
¡Firmamento raso
en cuerpo celeste!

viernes, 22 de enero de 2010



"Memorias llenas de ausencia " Dario Mijango.


El tercer hombre

Aquel hombre caminó los arenales entre carcasas de bivalvos y estrellas de mar fosilizadas. Las olas espumosas, morían a sus pies, como el desmayo de un mar epiléptico que recobraba la consciencia en nuevos impulsos hasta la playa. Miró a lo lejos, mar adentro, y tuvo la impresión de que un cuerpo luchaba contra las olas alzando los brazos entre ondulados golpes de mar. Aguzó su vista entornando los ojos, y lo vio claramente: un hombre se debatía al límite de sus fuerzas, intentando alcanzar la costa. Nunca había sido un buen nadador. El mar, desapacible, disuadía a la razón de la posibilidad de una inmersión. Miró alrededor buscando una presencia, alguien en quién delegar, a quién recabar auxilio, pero la costa solitaria le negaba cualquier presencia humana. Pensó en su vida, desde su niñez, hasta sus treinta y seis años, y lo que vio, como en una telemetría existencial, no fueron logros u objetivos alcanzados, solamente sucesos, secuencias de acontecimientos vitales que produjeron sentimientos encontrados, sensaciones de satisfacción y de tristeza. Pensó en su mujer y en su hija y de pronto borró su mente y sin ningún silogismo pío, se lanzó al mar proceloso, en dirección a aquel cuerpo que braceaba entre corrientes, que combatía la muerte sumergida entre corales y colonias fantasmales de algas.
Poco a poco las rompientes amainaron sus embates, la espuma o la rabia del portador del tridente, sofocó su tono, y los pájaros marinos sobrevolaron las orillas. Una calma funesta invadió el litoral, solo alterada por el murmullo acompasado de la marea.
La arena mojada reflejaba la transición de las nubes y era ahora el albacea de su mar. A donde el llegaba, lo que había engullido o lo que a él había sido arrojado, se manifestaba en su húmeda superficie. Las maderas hinchadas de mesanas quebrados, botellas con mensajes de tierras exóticas, algunas sirenas desterradas por enamorarse de grumetes a los que indultaron en su aliento, y seres humanos que dieron su vida por otros. Aquel hombre yacía sin vida entre cangrejos insidiosos y gaviotas acechantes. No muy lejos, otro cuerpo tumefacto con sus ropas en jirones, era mecido por las olas con un compás tétrico e inanimado.

Durante un tiempo la muerte fue el epicentro de un cuadro con motivos marinos. Salió el sol del mediodía y brillaron las colas de sirena al tiempo que algún destello de un verde intenso delataba un membrete de isla lejana en el interior de las botellas. Del confín de la playa, donde los ecosistemas se entregan al mestizaje, casi rayando el bosque de pinos, surgió una figura humana. Avanzó titubeando en dirección a la orilla. Alzaba la mano a su frente a modo de visera en ese gesto inútil por otear el horizonte difuso. Pronto su paso fue decisivo. Se acercó al primer cuerpo, el del hombre que fue infructuosamente auxiliado y lo arrastro hacia la arena seca. Enseguida se percato de su fallecimiento. Desde lejos se podía interpretar que frotaba su pecho y sus piernas intentando devolverle algún atisbo de vida, desde lejos aquel hombre tomaba un relevo de humanidad que antes había sido ejercido en ese mismo escenario.
Cuando se dirigió al segundo cuerpo, perteneciente al fallido socorrista su procedimiento fue el mismo. Desde lejos se podía interpretar que frotaba su pecho y sus piernas intentando devolverle algún atisbo de vida. En realidad, sus manos en su tórax extraían la cartera y todos sus efectos personales, en las piernas, a la altura de los bolsillos del pantalón, buscaba los restos de alguna calderilla, ni siquiera el ademán de tomar el pulso, era otra cosa que la extracción de los relojes de pulsera, detenidos en aquellas fatídicas horas.
El expoliador necrófago dio la espalda al mar y a la muerte y se perdió entre la arboleda lejana con su ignominioso botín. Desamparados en la playa reposaban los restos de la piedad maltrecha por la rapiña, salobres envoltorios de almas en tránsito, aturdidas por los recientes decesos.
En lontananza, un enorme petrolero vaciaba sus sentinas, dejando un rastro inmundo de fuel mientras una embarcación a su costado intentaba temeraria, maniobras de abordaje para frustrar el vertido.
El mundo conocido crecía en su edad del tiempo y las fuerzas se debatían por todo su orbe en contiendas donde el heroísmo y la villanía no daban tregua a la paz del hombre.