In Memóriam de José Dominguez y Angelina Estévez y de todos los represaliados durante la Guerra Civil Española.
Angelina es un nombre sonoro. Tiene ese timbre sutil y vaporoso de las mujeres que son amadas. Y la voz que callan los verdugos con sus yugos y flechas, susurra quedamente sus sílabas femeninas como un conjuro de libertad. Entra entonces esa luz insurgente que a borbotones se filtra entre los barrotes de la lúgubre estancia de un presidio.
Angelina es el bálsamo para la voz silente, para la palabra domeñada por la barbarie y la sinrazón que confina a José Dominguez González entre los aherrojados muros de la cárcel de Vigo.
“ Estimada Angelina :
Por la presente me es grato acusar recibo de tu atenta carta la que me llenó de alegría y satisfacción al enterarme de su contenido....” (texto epistolar carta inédita)..
A menudo, el paso del tiempo otorga a nuestros antepasados una engañosa apariencia de personajes, los envuelve en una indefinida neblina como de ficción a medias, y sus tragedias parecen transitorias pesadillas, y sus felicidades vanos sueños. Pero no: la cuidada caligrafía, el firme pulso, el elegante enredarse unas letras con otras, nos alertan de la rigurosa realidad que se oculta (o se revela, que cada cual lo mire como quiera) tras las líneas de esta carta. José Domínguez González y Angelina Estévez eran reales como los muros que los separaban, y es que José dedicaba las citadas palabras a Ángelina en los aciagos momentos de su reclusión en la Cárcel de Vigo. José, que contaba en este momento con 41 años de edad, había nacido en 1895 en la parroquia de Corzanes, perteneciente al ayuntamiento de Salvatierra de Miño, fruto de la unión de sus padres Francisco Domínguez y Rosa González.
¿Quién sabe si hoy en algún rutinario paseo por las parroquias de Corzanes o Leirado, en cualquier tránsito por la ciudad de Vigo, volveremos a frecuentar los mismos lugares en los que ellos dejaron una huella indeleble?
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Fotografía inédita pasaporte José Dominguez González cuando contaba con 40 años
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A pesar de la carga de pasado en la foto, la mirada franca de José sigue orientándose al futuro. Sus primeros pasos en la senda del cambio que propugnaba fueron dados en el movimiento sindicalista del gremio de panaderos al que pertenecía. Mantiene una importante actividad realizando labores sociales a través de la sociedad "Hijos de Fornelos", y de manera muy especial en la "Unión Progresista de Salvatierra", donde figura con el número 6 en la nómina de socios.
"El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria", decía Ernesto Sábato. José Domínguez, al igual que Mariño Méndez y otros muchos olvidados, hicieron de su bonhomía un esfuerzo al servicio de personas desfavorecidas de sus parroquias, un esfuerzo por el cambio en situaciones de desigualdad que requerían la ayuda de asociaciones por ellos fundadas, por ellos representadas. Fue sin duda su canto, un canto a la justicia social en aquella época.
“ Estimados coterráneos:
Un núcleo de convecinos residentes aquí en el año 1921, teniendo entonces en cuenta la situación precaria que afligía a nuestra región y especialmente al distrito de Salvatierra, convencidos de que tales males provenían de la desunión de sus moradores que abandonaban sus propios intereses y dignidad de hombres libres a la voluntad de unos cuantos que sin consideración alguna aprovechaban tales descuidos en beneficio propio. Fue aquello la consecuencia del triste desarrollo de nuestra vida social, política y económica que nos caracterizaba como un pueblo inerte, incapaz de seguir la huella de la civilización moderna.
Por estas sencillas y claras razones los mencionados convecinos juzgando con elevado criterio que toda acción individual era estéril mientras que la obra colectiva resultarían sumamente más eficiente y poderosa a los fines de poder vencer los tantos obstáculos que en la vida moderna aparecían creyó llegado el momento de unir a todos los emigrados del distrito, residentes en Buenos Aires, fundando una sociedad con el fin de propender el mejoramiento del lejano distrito y para cooperar al bienestar de todos los moradores que allá luchaban agobiados por los injustos y excesivos impuestos que se les cobraba.”
*La UP de Salvatierra dio auxilio y apoyo social a muchas personas. Ángela Pazo Moreira, vecina de Arantey fue socorrida en el año 1926 con 1592 pts para reconstruir su casa incendiada, otros como Aurelia Dominguez de Corzanes o Francisco Mariño de Fiolledo al encontrarse enfermos y sin recursos les fue costeado el pasaje de vuelta. En otros casos se pagaron los entierros a socios fallecidos sin recursos e incluso se llegó a pagar el entierro de personas no adscritas a la UP como ocurrió con Manuel Porto Acuña de Salvatierra.
Memoria y balance de la Sociedad 1925-1927 Unión Progresista del Distrito de Salvatierra de Miño en Buenos Aires.
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Portada Revista Unión Progresista del Distrito
de Salvatierra de Miño. 25 Aniversario 1946 |
Pero ahora, cernido por la sombra de la celda, forzado a contemplar la iterada verticalidad de los barrotes (él ,que bien sabe que el ansiado cambio mal puede lograrse contemplando), ahora actúa en la intimidad, escribe, dialoga en ausencia. José, en realidad, no observa desde la inacción; José sigue actuando; amar es actuar:
"Angelina no sabes tú bien el aliento que me has dado con tu afirmación rotunda y la fe que pones en mí, desde luego pareces tenerla. Solo una gran fatalidad podría separarnos, pero es mejor no pensar en eso siquiera. Confío en que el destino nos tiene guardados días de dicha" (texto epistolar-carta inédita).
La palabra ha sido también un arma para José. Pone voz a sus demandas a través de colaboraciones habituales en los periódicos Acción Gallega y A Fouce. Colabora asimismo en el periódico quincenal socialista de Ponteareas Renovación, editado por la casa del pueblo.
Antes de que todos estos funestos sucesos tuvieran lugar, el líder agrario había tomado el camino de la emigración en busca de nuevos horizontes, como muchos otros paisanos de Salvatierra: Manuel Puente, José Pazos, Camilo Sestelo, entre otros. Llega a Buenos Aires siendo un adolescente de 15 años a bordo del buque Amazón con fecha de arribo 18 de julio de 1911. En Argentina pronto se empapa de un espíritu de reforma que desea traer a su Galicia natal.
“No importa que (aún- borrón en el original) alguna vez como en este caso nos veamos privados de vernos con esa frecuencia tan lógica y natural. Cuando uno lleva la imagen querida dentro del alma que te alienta en los trances más difíciles de la vida no hay obstáculo que no pueda salvarse….” (texto epistolar-carta indédita).
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Fotografia de la Revista UP Salvatierra de Miño |
En Buenos Aires es fundador de la Sociedad de Salvatierra de Miño, de la que fue dirigente. Ejerce además como redactor del Progreso en los años 20. Afiliado a la Asociación Agraria Hijos de Silleda, es además un destacado miembro de la Sociedad Nacionalista Pondal, donde colabora, como ya hemos reseñado, en su publicación A Fouce. En el año 1936 regresa a Galicia desde Argentina con el firme propósito de iniciar una profunda restauración de una sociedad rural lastrada por el caciquismo.
La prensa de la época se hace eco de su presencia. El Pueblo gallego, en sendos artículos, nos habla de su meritoria labor en tierras australes junto a otros eméritos emigrantes como Román Rodríguez, de Fornelos de la Ribera, y de su participación en actos de homenaje en la Asociación Agraria de Cabral.
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Pueblo Gallego 3 de Octubre de 1935 |
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Pueblo Gallego 22 de Agosto de 1935 |
Funda junto a la figura del alcalde socialista Manuel Mariño Méndez la Agrupación Socialista de Salvatierra, y ocupa la presidencia de la Federación de Sindicatos de Campesinos adherida a la UGT con fecha del mes de enero de 1936.
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Notas manuscritas de la Federación Agraria Salvatierra de Miño Enero del 36 |
En el año 1936 participa en la campaña electoral que daría la alcaldía nuevamente a su inseparable colaborador Manuel Mariño, ocupando José el lugar de Teniente Alcalde.
En este año de 1936 fallece su madre Rosa González, como anticipándose a ese trágico destino de los padres que no quieren ver morir a sus hijos. Según anotaciones de la Federación Agraria Municipal, en el sepelio acompañaron el duelo Manuel Mariño o Ramón Román Rodríguez, así como numerosos vecinos de todas las parroquias.
“…..No hay obstáculo que no pueda salvarse. ¡Sólo la muerte que es el fin supremo de todas las cosas” (texto epistolar-carta inédita).
En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
Federico García Lorca
“Angelina: el sábado estuvo aquí mi hermana y Alicia.* No las pude ver porque no hay visitas todavía pero muy pronto las habrá según nos manifestó el Señor Inspector General de cárceles lo que he de comunicarte en su oportunidad para que puedas cumplir lo prometido. Sin otro particular muchos saludos a tu familia y a las chicas como siempre y tú recibes el corazón de este que te quiere. José Dominguez” (texto epistolar-carta inédita).
Cárcel de Vigo 1-9-1936 (Contesta pronto)
Y ENTONCES LA GUERRA, truculenta, despiadada , la razón que a la razón subvierte. La guerra y su estruendo acalla aquel canto de José Domínguez en aras de la justicia social y lo convierte en un canto de cisne.
De algún modo, José escribía su carta a Angelina –lo que para nosotros es hoy un doloroso documento de amor-, intuyendo la inminencia de un fatal desenlace. El augurio no podía ser más cierto “¡Sólo la muerte que es el fin supremo de todas las cosas!”:
Y la muerte habría de llegar, inapelable, asolando todo aquello por lo que se lucha. En carta posterior fechada el 8 de febrero de 1937, José ya conoce su triste sino:
“ Srta Angelines Estévez Leirado-Barral
Apreciable Angelina:
Una circunstancia trágica me arrebata la vida en lo mejor. Nada han valido los esfuerzos hechos ni la defensa, pues todo estaba previsto de antemano pues a pesar de ser inocente como se demostró, ¡Todo ha sido en vano¡ No son precisamente los hechos que yo haya cometido, los que me hacen pasar a mejor vida sino las falsas acusaciones de que he sido objeto por parte de los esbirros de Salvatierra que me colocaron a la cabeza del movimiento para buscar mi eliminación.
Pueden estar tranquilos que han conseguido lo que deseaban siendo el proceso de Salvatierra el más innoble, el más injusto de todos cuantos se han llevado a cabo en el que pereceremos inexorablemente diez compañeros valientes y abnegados que saben ofrendar la vida por una causa noble, justa y humana que las generaciones venideras habrán de respetar y recordar con profundo respeto. Así lo creemos y así lo esperamos los que llevados del afán de justicia y liberación de los pueblos hemos entregado lo mejor y hemos ofrendado nuestras vidas en holocausto de un mundo mejor. Nada hay tan bello ni tan sublime cuando se muere con la conciencia del deber cumplido.
Lo que más lamento es que todas mis ilusiones se acaben de manera tan injusta en aquellos momentos en que tenía puesta toda mi fe, toda mi alma en ti y en la causa tan noblemente perseguida. De cualquier manera tú estás llamada a ser feliz, eres joven, eres valiente y buena, por eso lo mereces y yo así lo deseo de todo corazón.
Solo deseo que conserves un grato recuerdo de aquel humilde servidor que mucho te ha querido y que llevó a la tumba tu imagen querida. Si bien es cierto que nuestras relaciones han sido fugaces no hemos por eso de querernos menos. Suceda lo que suceda en tu vida muéstrate orgullosa de haber tenido un novio que aunque pobre y de humilde cuna ha sabido ser un valiente en toda la circunstancia de la vida.
Por último mi querida Angelina deseo que guardes estas letras mal pergeñadas y de tanto en tanto le pases la vista por encima para recordar este triste episodio. Te pido también como noble compañera que sepas vengarnos cuando las circunstancias te lo permitan pues confío en tu valor y en tu ideal. Sed valiente, sed generosa con quien debas serlo pero muéstrate impasible con aquellos que pegan la puñalada trapera.
Saluda en mí nombre a todas las compañeras y compañeros y diles que mantengan el fuego encendido en lo más hondo del corazón para la culminación del ideal que se persigue.
Que seas muy feliz es cuanto te deseo. Tuyo Eternamente.
José Domínguez González Cárcel de Vigo 8 de febrero de 1937*
2ª carta*Del libro el alzamiento en Galicia- Carlos Fernández Santander
Esta es la siniestra burocracia redactada en los documentos que a continuación adjuntamos:
Del Documento “LA AMARGURA DE LA GUERRA CIVIL EN SALVATERRA DE MIÑO”. J. José Pino Álvarez.
JOSE DOMÍNGUEZ GONZÁLEZ-De 4l años de edad, soltero, de oficio jornalero, natural y vecino de la parroquia de Corzáns , con residencia en Corzáns, fue ingresado en prisión de Tuy el día 11 de agosto, a las cuatro de la tarde de l936, procedente de Salvatierra. Concejal del Ayuntamiento, dispuso en unión de José Macías, la requisa de municiones en la ferretería de Carmen Alonso. Avanzado socialista y propagandista difundiendo sus ideas, de conducta privada regular y pública mala. Hace un año que regresó de América; era de la intimidad del Alcalde, aunque bien puede decirse que este Domínguez, llevaba la voz cantante, que tenía la iniciativa, a pesar de que era el Alcalde el que firmaba, este las suscribía, tales como requisa de armas, de vehículos, y movilizaciones de las milicias, actos de sabotaje, llegando a intervenir en el levantamiento de los rieles en el puente de Alcabre, requisando el mismo las herramientas, los hombres y la dirección, obligando y haciendo con coacción.
Era un auténtico cabecilla, puesto que él fue quien, a favor de José Macías, obligaba al Cura de Taboeja a que abonase dos mil pesetas para conseguir su libertad: suscribía muchas veces vales y Oficios por Orden del Alcalde; anduvo pistola en mano capitaneando grupos armados, requisando herramientas propicias para levantar los rieles, que empleó en la inutilización del puente de Santa Marina. Concejal del Ayuntamiento de Salvatierra, asesor político del Alcalde y de los principales dirigentes del movimiento; amenazando con su arma a los grupos de curiosos que observaban la destrucción del puente de Santa Marina.; detuvo a Ramón Tielas, llevándolo al Ayuntamiento a presencia del Alcalde, requisó municiones en casa de D. Germán Alonso; formó parte del comité para juzgar al Cura Párroco de Taboeja, que estaba detenido. José Domínguez González, de 41 años de edad natural de Corzáns, hijo de Francisco Domínguez y de Rosa González, domiciliados en Corzáns, de profesión jornalero y de estado soltero, falleció (fusilado) en Vigo a las horas 11 del día 24 de febrero de l937 como consecuencia de intensa hemorragia interna, según comunicación recibida y tras el reconocimiento del cadáver. Recibirá sepultura en el cementerio de Pereiró y así queda inscripta su muerte, registrado en el libro de difuntos 9l en el folio 115 vuelto. Teniente de Alcalde de Salvatierra, avanzado socialista y propagandista de estas ideas, ordenó la requisa de armas y municiones en la ferretería de D. Germán Alonso, capitaneando un grupo armado, se apoderaron de herramientas que empleó en la inutilización del puente de Santa Mariña.
Como lugarteniente del Alcalde de Salvatierra, hoy en rebeldía, extendiendo vales, oficios y ha dado órdenes a modo de constancia dictada por el tribunal rojo condena al Sr. Cura de Taboeja a entregar 2.000 Pts. si quiere la libertad
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Niños jugando a fusilar
en la Guerra Civil. Agustí Centelles
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Hoy se nos dibuja una sonrisa triste al leer esta incisiva necrológica que es un severo juicio postmortem con su dosis de moralina: “de conducta privada regular y pública mala”. Ese cabecilla, ese malvado bandolero rojo, tal y como aquí lo pintan, ese hombre de acción que bien merece una novela, es el mismo que en tiempo de desesperación escribe con celo y morosidad la estremecedora carta a Angelina. José amaba y armaba, y hubo de vivir sus últimos días con la mirada puesta en la muerte.
AUTO POR EL QUE SE DECLARA LA SENTENCIA DE MUERTE. En Vigo, a 24 de febrero de 1937, D. José Noguerol Rodríguez, Capitán de Infantería, Juez Instructor de la presente sentencia:
RESULTANDO: Que en el consejo de guerra celebrado en esta Plaza el día seis de los corrientes, para ver y fallar la causa instruida contra los paisanos: Antonio Alfonso Domínguez. Vicente Domínguez Vilar. José Domínguez González………………. Se dictó sentencia en la que se condenó a la “PENA DE MUERTE” como autores de un delito de rebelión.
Escrito por el que se señala día y hora del fusilamiento. La comandancia Militar de la Plaza de Vigo, remite el Oficio nº 3635 participándole a VS. que para la ejecución de sentencia de Pena Capital en los paisanos: Antonio Alonso Domínguez; Vicente Domínguez Vilar; José Domínguez González;……, he dispuesto tenga lugar el día de mañana a las once horas, en las inmediaciones del Castillo del Castro de esta Ciudad. Dios guarde a VS. muchos años.
Vigo 23 de febrero de l937.
Reconocimiento de los fusilados. Rodríguez Grandal, Alférez Médico, perteneciente al cuarto grupo de la 1ª Comandancia Militar, para asistir el cumplimiento de sentencia firme contra los paisanos antes citados. Una vez cumplimentada esta fueron reconocidos los reos, los cuales presentan signos ciertos de indudable muerte.
Diligencias de inhumación. En Vigo a las l2 y 3 minutos del día 24 de febrero de l937, hallándose presente S.S. y mi Secretario, tuvo lugar el enterramiento de los cadáveres ejecutados: Etelvino Tielas, José da Silva González, José Domínguez González,…… , el cual se hizo sin solemnidad ni pompa alguna, conforme con lo previsto en la Ley. Las sepulturas de los diez están enclavadas en la Zona l4, números respectivamente: 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 139 y 142. Firma el Juez José Noguerol y certifica el Sr. Secretario.
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Certificado de Defunción de José Dominguez |
La justicia militar es taxativa a la hora de reflejar los hechos de su muerte delante de un pelotón de fusilamiento. La administración civil en su certificado de defunción es más ladina y si bien coincide en que una hemorragia provocó su muerte dice desconocer más circunstancias.
El pulso de José no escribiría más cartas llenas de un profundo sentimiento. Su pulso cesó y con él, se apagaría el latido de un proyecto noble que trató, ferviente y regenerador, de instaurar un cambio que nunca se produjo. El sueño se desbordó en caudales de una sangre nueva derramada en las laderas del Monte del Castro finiquitando cuarenta años llenos de vitalidad, de amor entregado, para dar paso a cuarenta años de olvido. Ellos lo vivieron, ellos lo sufrieron; nuestro deber es documentarlo.
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Firma del puño y letra de José en su primera carta a Angelina |
*Su hermana, Aurelia Dominguez, alimentó a José durante los trágicos días en los que permaneció oculto en el interior de unas cuadras en casa de Pilar de Paulino en el Barrio de Currás, parroquia de Leirado. Fue ella quien, con una manifiesta buena fe, le instó a salir de su refugio en la creencia de que nada perturbaría aquella aparente calma. Aurelia se equivocaba. Los falangistas estaban sobre su pista y le apresaron. Aurelia jamás pudo perdonarse. Durante el resto de su vida cargó en su noble humanidad, con esta penitencia injusta que no la abandonaría hasta su muerte. Alicia vive todavía. En las ocasiones que ha sido preguntada por este episodio, rehúye su evocación. Conserva el tacto nostálgico de aquellas telas, que siendo niña, José le enviaba desde Argentina para confeccionar sus vestidos o como aupada sobre sus hombros, la llevaba al medico a Salvatierra cuando su salud infantil se resentía. Hay sin embargo, otros recuerdos que jamás se diluyen en la memoria y laceran el presente como cristales rotos.
Epílogo:
Nos cabe el honor o debiéramos decir, la obligada filantropía, de difundir este episodio de la Guerra Civil. La segunda carta escrita con inusitada serenidad por un hombre de templado pensamiento, fue difundida con un enfoque documental por Carlos Fernández (Alzamiento en Galicia) como ya dejamos constancia y desde un prisma más literario y emotivo, en un texto periodístico como sólo Manuel Rivas sabe hacer. Esta segunda carta del escritor Coruñés fue publicada en el País. Nosotros completamos el puzzle y añadimos un comienzo a lo que resulta de una vital importancia: Le ponemos cara a José, porque verle el rostro a las víctimas, llamarlas por su nombre, es siempre un sano ejercicio de empatía.
Texto escrito por David Pérez Álvarez (colaborador) y Jesús Presa (administrador)
-David Pérez Álvarez, es filólogo y poeta. Actualmente trabaja como becario en el Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura. Universidad de Vigo.
FUENTES-
Revista de la Sociedad Unión Progresista del Distrito de Salvatierra de Miño- Agosto 1946. 25 Aniversario
La amargura de la guerra civil en Salvatierra de Miño. Juan José Pino Alvarez
Hemeroteca Pueblo gallego ( 3-10-1935/ 22-8-1935)
Historia de la Federación de Sociedades Gallegas: identidades políticas y prácticas militantes Hernán M. Díaz
3º Edición “El Alzamiento en Galicia” Carlos Fernández Santander. Ediciones Do Castro
Testimonios- Alicia Domínguez Domínguez, Graciela Estévez.
AGRADECIMIENTOS
A Graciela Estevez (Sobrina-nieta de José Dominguez) y Alicia Domínguez Domínguez. Por la cesión de lo más intimo que son los recuerdos en toda la dimensión de su valor histórico y emotivo.
A Antón Lorenzo por cederme su valioso Caballo de Troya en la compleja búsqueda de la memoria histórica.
A David Pérez , compañero de tantas tertulias -con quien comparto el gusto por la literatura- por ayudarme a realizar con esmero este articulo.